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lunes, 16 de mayo de 2011

La catedral de Burgos








La catedral de Burgos pertenece al gótico clásico castellano del siglo XIII. Pero tuvo importantísimas modificaciones en los siglos XV y XVI: las agujas de la fachada principal, la Capilla del Condestable y el cimborrio del crucero, elementos del gótico avanzado que dotan al templo de su perfil inconfundible. El material constructivo es piedra caliza extraída de las canteras del cercano pueblo de Hontoria de la Cantera.


La planta de la catedral es de cruz latina con tres naves de seis tramos. El crucero, muy marcado en planta, es de una sola nave. La cabecera es profunda y está dotada de girola con capillas absidiales. La planta de Burgos se ha venido rela­cionando con la catedral de Coutances, incluso con la de Reims, mien­tras que el alzado está más próximo a Bourges, lo que hace que presente claras conexiones con el Gótico francés, pero a pesar de ello, le falta altura para considerarla francesa. El muro de la nave central está dividido en tres alturas, siguiendo el modelo francés: los arcos que comunican las naves, un amplio triforio ciego, elemento que ten­derá a desaparecer y, por último, grandes ventanales apuntados, que permiten la penetracn de la luz en el interior de este magnífico edifi­cio. La luminosidad se ve reforzada por el rosetón de los pies y el situa­do en el brazo meridional del cru­cero. Toda esta estructura está cubierta con bóvedas de crucería de una gran simplicidad, como corres­ponde al momento más csico del Gótico español.




En el exterior, la fachada sigue el esquema de las iglesias francesas con tres cuerpos horizontales y tres calles verticales, con abundante decoración de hornacinas y esculturas. También podemos ver dobles arbotantes como los que encontramos en templos franceses como Saint-Denis, mientras que el modo de organizar las fachadas es más caracteristico de Reims. En las torres y en las partes altas de la catedral se encuentra un importante conjunto de escul­turas, entre las que se hallan imágenes de los ocho reyes de Castilla y León,


de la misma mane­ra que sucedía en Reims, en un claro intento por vincular la religión a monarquia.Una de las partes más hermosas de toda la catedral es el cimborrio que se erige en el centro del crucero. Está bellísimamente decorado con diversos motivos iconográficos que, por encontrarse situados a gran altura, no han podido ser estudiados en detalle (motivos heráldicos pertenecien­tes a la Monarquía, a la ciudad o a prelados de la época, así como santos especialmente venerados en la ciudad de Burgos, esculturas de profetas, etc.).


Por último, el claustro, que fue iniciado en el siglo XIII, pero que no se llegó a terminar hasta el XIV. En él se pueden apreciar varias esculturas monumentales de gran valor como las figuras de Alfonso X y su esposa doña Violante.


Destacan en la Catedral de Burgos las magníficas portadas escultóricas, de las mejores existentes en nuestro país. Así, tenemos La puerta del Sarmental, con temas como el Pantocrátor, los Evangelistas escribiendo. sobre pupitres, los apóstoles en el dintel y los ángeles y reyes músicos en las arquivoltas. Puede que sea del Maestro Enrique y es clara la influencia de Amiens. También la Puerta de la Coronería o de los Apóstoles con el tema del Juicio Final. Aquí aparece por vez primera el tipo de Virgen corpulenta y de corta estatura, que contrasta con la esbeltez que caracterizan las esculturas clásicas francesas. Por último, la Puerta del claustro, con la escena del bautismo en el tímpano y la Anunciación en una jamba, con las estatuas de los reyes Alfonso X ofreciendo el anillo de los esponsales a Doña Violante. Se puede ver la influencia del Maestro de la Sonrisa de Reims.Numerosos son los tesoros arquitectónicos, escultóricos y pictóricos de su interior.Destacan:






  • El minucioso retablo gótico hispano-flamenco de Gil de Siloé para la Capilla de Santa Ana.

  • La sillería del coro, obra renacentista plateresca de Felipe Bigarny.

  • Los relieves tardogóticos de la girola, de Bigarny.

  • Los numerosos sepulcros góticos y renacentistas.

  • La renacentista Escalera Dorada, de Diego de Siloé.

  • El Santísimo Cristo de Burgos, imagen de gran tradición devocional.

  • La significación histórica envuelve la tumba del Cid Campeador y su esposa Doña Jimena, su carta de arras y su cofre.


  • El arte gótico, que es un arte típicamente burgués y ciudadano, supone el final del feudalismo y la renovación del mundo urbano y del mundo del comercio y los talleres artesanales. El gótico responde a una nueva espiritualidad en el Occidente europeo, más concreta y menos abstracta que la románica, más apegada y asentada en la realidad, por lo que nos encontramos con una arquitectura más compleja y una plástica más naturalista, más ciudadana. La arquitectura sigue siendo esencialmente religiosa y el edificio más importante es la catedral, que se levanta en el centro de la ciudad y en cuyo entorno se organiza la vida ciudadana. Ahora nos encontramos ante un templo amplio, altísimo, espacioso y luminoso, producto de los nuevos elementos constructivos, tales como la bóveda de crucería y el arco ojival.

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